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reconocimientos médicos deportivos

la prevención: el mejor de los cuidados

Un adecuado reconocimiento médico es ecomendable, cuando no necesario, antes de la realización de cualquier modalidad deportiva, puesto que gracias a él es posible detectar alteraciones o patologías que pueden suponer un riesgo para la salud del deportista.

Al contrario de lo que algunos puedan pensar, el reconocimiento médico no es un mero trámite para obtener una licencia federativa, sino que consiste en un riguroso estudio del estado físico y mental del deportista, y por lo tanto requiere una detenida exploración por sistemas así como la realización de una serie de pruebas complementarias entre las que deben contarse al menos un electrocardiograma y una espirometría.

El protocolo que normalmente se sigue en un reconocimiento médico deportivo comienza con la cumplimentación de un cuestionario que incluye preguntas referentes a la salud y los hábitos del interesado, que posteriormente son estudiadas por el facultativo. Tras ello se realiza una anamnesis mediante la cual se recogen los antecedentes médicos personales y familiares y, a continuación, se procede a efectuar el reconocimiento propiamente dicho.  

Una vez finalizado el reconocimiento médico, si el interesado resuta apto para la actividad física o deportiva en cuestión, se emite el correspondiente certificado de aptitud. En el caso contrario se le indican los pasos a seguir para solucionar su problema.

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